viernes, 29 de agosto de 2008

La boda que Dios pago.

Testimonio de: Luis Fuentes - El Salvador.

El 26 de noviembre del 2006, le propuse matrimonio a mi esposa, y de mutuo acuerdo convenimos ese mismo día, que seria una boda sencilla, solamente nuestra familia, ya que igual que millones de parejas de nuestro país, teníamos recursos limitados (solamente contábamos con un presupuesto de $400 dólares, ya que inicia nuestro matrimonio no queremos quedar endeudados pagando una suntuosa boda ), y lo mas sabio que hicimos ese día fue pedirle juntos a Dios que fuera el quien dirigiera nuestra boda. Los primeros días de diciembre hicimos un recuento de cuantas personas invitaríamos (tenemos la fortuna de que nuestras familias sean grandes) y nos salían mas de 55, tal cantidad no cabe en mi casa, por lo cual tuvimos que aceptar la idea de tener que hacerlo en un local de eventos, pedimos cotizaciones a mas de 40 sitios diferentes, aun considerando el que menos nos cobraría, ya salía de nuestro presupuesto, recuerdo muy bien que una noche como a las 11:00 PM no podía dormir pensando en como haría, no podíamos quitar personas de la lista porque son familia y se molestarían, además yo no deseaba hacer eso, Elsy es una mujer tan maravillosa, comprensiva, conforme, y lo menos que puedo hacer es que tenga una boda que ella pueda recordar toda su vida, pero tenia un problema, no podía contraer ninguna deuda, ya que nuestro matrimonio recién comenzaría y abra que comprar muchas cosas, también tenia en cuenta que debía seguir pagando la casa, cuota de corro y todos los demás gastos de un hogar, pensar todo esto me había provocado un dolor de cabeza muy fuerte, entonces recordé que mi padre es Dios, y me dije “realmente que soy un tonto, que hombre mas sopenco soy”, me levante de inmediato de la cama y ore a Dios diciendo “Señor, soy tu hijo y estoy haciendo tu voluntad, quiero desposar a Elsy, sabes que la he respetado y que la amo, aunque no como te amo a ti, se que ella es la mujer que tu creaste para mi, tu me lo has hecho saber, ahora yo te ruego Señor que seas tu quien pague mi boda, no se como aras, lo que si se, es que puedes hacerlo, ya que eres el dueño de todo el oro y la plata, permite Padre que nos podamos casar y que sea un buen recuerdo nuestra boda, y Señor ya que estamos en esto, te pido por favor que nos sobren unos $300 dólares para poder pagar la tarjeta de crédito (ya que con esta pensaba pagar la luna de miel), te lo ruego como tu hijo”, recuerdo que esa noche ore hasta la madrugada, le pedí que me iluminara, que me diera sabiduría, que aumentara mi fe, cuando termine de orar, sentí como un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, supe que eras tú quien estaba conmigo, en ese momento sentí en mi corazón que la boda la pagarías tú. Al día siguiente le conté todo a Elsy, también ella me dio una sorpresa, me contó que había estado hablando con la hermana mayor, como dos horas y media, que terminaron de hablar como a las 11:30 PM, recuerda que le dijo que quizás no haríamos nada en nuestra boda, porque nos salían mas de 50 personas y no teníamos como pagar una fiesta para tal cantidad de gente, siguieron hablando, al final ya para colgar, la hermana le dijo a Elsy, “mira, no se como todavía, pero el vestido de boda se los regalo yo, dile a Luis”, cuando me contó esto, dimos gracias a Dios por nuestra familia, Morena es tan buena, entonces me di cuenta que Dios había empezado a pagar nuestra boda. Envalentonados, sabiendo quien pagaría (esto era por pura fe) mi esposa me dijo que buscáramos celebrar nuestra boda en un hotel, también se le ocurrió que invitáramos a nuestros amigos mas cercanos y como existe confianza con ellos y la familia, les pediríamos que el regalo fuera en dinero, ya que este nos ayudaría a pagar los gastos. Todas las noches orábamos a Dios por que bendijera nuestra boda, que estuviera siempre en nuestros corazones y que nos orientara, que pusiera las personas que nos ayudaran, que con su poder fuera el quien hiciera posible la boda, también le recordaba que sobraran 300 dólares. Hicimos del conocimiento de nuestros planes a toda la familia, todos nos dieron su aprobación, comenzamos a solicitar cotizaciones para una boda con 95 invitados en los diferentes hoteles, Dios nos dio sabiduría para escoger uno que nos ofreció un precio cómodo y nos darían toda el área de la piscina y uno de los salones aledaños a esta, llegamos a negociar y firmar el contrato, el administrador del hotel nos dijo que nos daría otro de los salones aledaños a la piscina, ya que la fiesta que realización allí el día de nuestra boda la habían cancelado, que ahora estaría a nuestra disponibilidad sin ningún recargo, también nos dijo que con referencia a la comida, que podríamos escoger el plato de entrada mas caro y que no tendría ningún recargo adicional (Dios puso gracia en nosotros, y le agradamos y era su forma de ayudarnos), también asigno a otra persona mas, para que nuestros invitados estuvieran mas atendidos, y esto tanbien sin ningún costo adicional. Pero de antemano me había dicho que tenia que deja un deposito de $500 dólares ( teníamos un presupuesto con mi esposa de $400, tuvimos que conseguir los otros $100), dejamos dicho anticipo, las cosas nos estaban yendo bien, hubieron mas gastos y miles de cosas mas que hacer, tenemos mucho que agradecer a nuestros padres y hermanos, ellos nos ayudaron muchísimo, involucrándose en los arreglos de la boda y monetariamente según sus posibilidades, algo que recordare por siempre es que mi Papá había llegado a visitarme y nos acompaño a reservar el anillo de boda, y mi esposa consiente de nuestro presupuesto selecciono uno (el mas barato), por dentro me decía, después de casarnos voy a ahorrar y nuevamente la traeré a escoger un mejor anillo, mi pensamiento fue interrumpido por mi Papá que le dijo a mi esposa, ese anillo que esta ahí parece mas bonito, a usted le gusta, ella le respondió que si, pero que no podemos pagarlo, el solo escucho y pregunto cuanto costaba. Dejamos reservado el anillo (el mas barato) y salimos de la joyería, esa tarde mi padre salio por un rato, en la noche me dijo “hijo aquí esta este dinero, compren los anillos que me gustaron a mi y Elsita”, eso fue todo lo que dijo, para mi ha sido el gesto mas grande que mi padre ha tenido por mi esposa. Llego el momento de nuestra boda, la iglesia se veía muy linda, nunca la había visto tan bonita, la recepción en el hotel fue perfecta, todos nuestros familiares y amigos nos felicitaron, los veíamos contentos por nosotros. Una vez finalizada la boda en la habitación del hotel (la cual estaba incluida en el paquete de boda) comenzamos a revisar los sobres con el regalo en dinero que nos habían llevado nuestros invitados, seré sincero abrimos el 80% de los sobres y no recolectábamos mas de $400 dólares, nos sentimos preocupados con lo que habíamos gastado quedaríamos con una deuda muy fuerte, eso no seria un buen inicio de nuestro matrimonio, ambos oramos y pedimos a Dios que nos ayudara, que el es el dueño de todo lo que existe, suplicamos diciendo “Señor paga nuestra boda, que no tengamos deuda que pagar nosotros”, después continuamos abriendo los sobres, y las cosas fueron cambiando, al terminar de revisarlos y sacar las cuentas, nos percatamos que Dios no hizo el milagro, nos alcanzo para poder pagar todas las deudas contraídas, y nos sobraron como $ 6 dólares, una fiesta tan bella (en la cual solo los arreglos florales costaba mas que el presupuesto que teníamos) y solo nos había costado $ 394 (los $400 que era nuestro presupuesto menos los $6 que nos sobraron de los regalos), sabemos bien Señor que por nuestra fe nos distes este regalo, gracias Padre. Tres días después de la boda, le llamo un amigo de la familia de Elsita el cual la quiere y estima mucho y le dijo que no había podido llegar a la boda por no encontrarse bien de salud ese día, pero que dentro de unos días nos visitaría y le contó que le tenia un regalo, le dijo que le había costado reunirlo pero que nos tiene $ 300 dólares, cuando me dijo esto me acorde que en mis oraciones siempre le pedía que sobraran $300, ya que eso lo utilizaría para pagar la tarjeta, con la que pague la luna de miel. Dios eres grande, haces las cosas perfectas, nos regalaste todo. Algo importante que deseo destacar es que a nuestros padres y hermanos que nos ayudaron económicamente, Dios les proveyó con trabajo o mejor ambiente laboral.

1 comentario:

Unknown dijo...

No sabes cuanta fe... Me ha dado tu testimonio. Dios hablandome y enseña dome a confiar en el. Dios los bendiga.